Como un niño
Estoy enamorado como un jovencito.
No se el regalo que mi Amante me reserva hoy,
no puedo preverlo en su infinito dar.
Y alegre, torpe y juguetón, como un niño,
me mantengo en un gozoso, pacífico y totalmente seguro
sentimiento de expectación,
¿cual será la sorpresa del Amor?
Expectación sin tensión, sin expectativa,
atención presente y agradecida
en lugar de anticipación desconfiada.
Lo único que sé de mi Amado,
es que no tiene límites,
no se piensa, no se puede conocer,
por palabras ni recuerdos,
sino solo por su regalo: el presente.
Estoy dispuesto
a la eternamente nueva experiencia
de vivir lo desconocido
en mi mismo conocer,
mi conciencia es mi corazón.
Soy un novato del amor,
un absoluto principiante,
pues acabo de nacer al ahora
justo ahora,
soy un recién nacido
por siempre dispuesto,
con deseo incondicional,
a la Vida que vive a través de mi.
Aquí estás!
Ahora eres! Siempre ahora, siempre aquí,
sin duda y sin reservas,
estás aquí
dándome tu eterna bendición
para que el receptor de todos los regalos,
Tú, Él, Nosotros, Todos como Uno,
Yo
los exprese con gratitud.
En cada oleada de expansión
alcanzo a cada aparente "tu",
y desde ahí sigo extendiéndome,
pero es entonces que siento tu sonrisa,
tu suspiro, tu paz y tu liberación,
mi querido hermano,
luz de mi luz, expresión de mi mente,
te siento como un soplo de viento fresco,
como la sonrisa abierta de un niño,
en mi corazón,
o tal vez, un simple recuerdo de tu verdad
sin forma ni tiempo ni espacio,
ni palabra capaz de confundirme.
Y sigues expandiéndote,
mas y más, mucho más allá
de las formas de este mundo,
más allá de todo lo que puedas recordar
más allá de todas tus imaginaciones,
hasta que te expandes en la misma expansión
y te compartes en el mismo compartir,
te ríes en la misma risa de Dios,
en la mismísima realidad
de tu totalidad sin límite.
Y tu, querido hermano,
estás aquí, donde siempre has estado,
en el centro de mi corazón,
te siento...
"aquí" se hizo extenso a "todas partes",
en todos los centros de tu totalidad,
te siento desde aquí...
...aun percibiendo límites, formas y cuerpos.
Entonces me conozco como siempre fui
como un niño jugando,
a salvo y feliz,
estoy en la eterna Unidad por siempre.
Por fin te conozco, mi querido hermano.
Jorge Lomar (mayo 2015)